Contrariamente a lo que muchos pensábamos hasta hace poco, el agua de las piscinas no es siempre azul.
Cuando se escribe este artículo, la temporada ya ha comenzado y va a ser difícil que contraten a nuevos socorristas. Aún así, para futuras campañas, quizá le interese saber al lector que las funciones de estos profesionales van mucho más allá de ponerse gafas oscuras, tomar el Sol y darse una ducha de vez en cuando.
Si reparamos en las tareas que normalmente se les encomiendan, veremos que su atención no debe concentrarse sólo en las aguas de la piscina, sino también en vigilar los alrededores de la misma para evitar los accidentes, salvar a los bañistas que puedan estar en peligro de ahogarse, advertir a los usuarios de las normas de utilización del agua cuando se sospechen riesgos para la salud pública o colaborar con quien haga falta para prestar los primeros auxilios en caso necesario. En ocasiones puede también el socorrista provocar nubes tóxicas que obliguen al desalojo de los vecinos, pero para poderse dar este supuesto, la piscina debe reunir dos requisitos: estar en San Sebastián de los Reyes y pertenecer a una comunidad de propietarios.
En Dubai, el diseño de piscinas evoluciona constantemente: piscinas en pendiente que rezuman agua por uno o varios de su bordes y que conectan visualmente con el ancho mar, piscinas con fondo que sube y baja, piscinas minimalistas en las que únicamente puede introducirse un pie, piscinas con plantas acuáticas, piscinas con peces, piscinas con mamíferos, piscinas con focas, piscinas con hipopótamos… Variadísimas opciones para todas las personas, animales y cosas.
No hay año en que no muera alguien en una piscina y por ello vamos a hablar de las diferentes posibilidades que estos espacios ofrecen en lo que toca al color del agua.
El color del agua de cada piscina puede ser personalizado y, según la tonalidad elegida, ofrecerá diferentes efectos. No debe por ello perderse de vista la importancia de elegir los materiales de revestimiento en el mismo instante en que alguien piensa por primera vez en hacerse una piscina porque, contrariamente a lo que pudiera parecer, el azul no es obligatorio y como prueba presentamos a continuación algunas alternativas:
Colores marrones y terrosos. Para recrear el espíritu de aventura y riesgo que se vive durante las riadas o las inundaciones a la par que se logran efectos muy suaves.
Colores patchwork. Este parcheado en el fondo hace que aumente la sensación de movimiento del agua sin necesidad de tener a un grupo de niños chapoteando día y noche dentro de la piscina.
Colores muertos. Para quienes sean más atrevidos ver esta gama de colores en el pantone de Pantone Inc., Carlstadt, Nueva Jersey, Estados Unidos.
Colores vivos. La misma recomendación que la hecha para los colores muertos.
Colores oscuros. Aparte de calentar el agua y dar un toque vanguardista, permiten imaginar a quienes los han elegido ser protagonistas de una película de terror, especialmente si en los alrededores de la piscina consumen sustancias alucinógenas
Colores claros. El color del agua se convierte en transparente quedando todo mucho más limpio, puro y desembarazado.
Como ha podido observarse, la elección del color de la piscina es de importancia capital porque de él depende la relación con el entorno desde los primeros asentamientos humanos que se produjeron tras la última glaciación al permitir que las diferentes poblaciones humanas se fueran estableciendo en casas con piscina por todo el globo. Hace unos 10.000 años, prácticamente en todas las partes del planeta habían sido construidas piscinas excepto en la Antártida, por lo que cabe deducir que había ya asentamientos humanos con grupos dedicados a la recolección, a la caza o a la pesca que eran vigilados de cerca por socorristas en los más diversos ambientes y climas, desde las áreas tropicales del Congo hasta Yakutsk, desde Queensland a Afganistán, según aparecen éstas delimitadas en el juego del Risk.
Pedro Fernando FERNÁNDEZ PERDICES